¿Qué es una startup?
Gracias a Internet, hemos cambiado nuestra manera de comunicarnos, informarnos y organizarnos en nuestro día a día, pero también ha transformado la forma de emprender un negocio. Gracias a las nuevas tecnologías, cualquier persona sin un enorme capital puede poner en marcha su idea y satisfacer una necesidad a través de las startups. Hasta algunas grandes empresas, como Amazon o Facebook, empezaron siendo startups.Gracias a Internet, hemos cambiado nuestra manera de comunicarnos, informarnos y organizarnos en nuestro día a día, pero también ha transformado la forma de emprender un negocio. Gracias a las nuevas tecnologías, cualquier persona sin un enorme capital puede poner en marcha su idea y satisfacer una necesidad a través de las startups. Hasta algunas grandes empresas, como Amazon o Facebook, empezaron siendo startups.
Una startup es una empresa de nueva creación o edad temprana que presenta grandes posibilidades de crecimiento y comercializa productos y servicios a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
Es relevante saber distinguir entre pyme convencional y startup. Las pymes convencionales salen al mercado tras haber invertido una cierta cantidad de dinero y debe esperar un tiempo para comenzar a disfrutar de beneficios. Las startups, en cambio, salen rápidamente al mercado para lograr el crecimiento y financiación necesarios a través de la transformación digital.
En resumen, las startups se caracterizan por ser:
Jóvenes: compañías familiarizadas con un ambiente joven, moderno y tecnológico, que tras nacer, intentan conseguir financiación. Con el objetivo de evolucionar en pyme o gran empresa o directamente vender la idea a una empresa ya consolidada.
Escalables: el principal atributo de una startup es la velocidad y la capacidad con la que puede crecer y generar ingresos de una forma rápida. Asimismo, son capaces de incrementar su producción y ventas sin necesidad de aumentar sus gastos. Por lo tanto, su producción y margen de beneficio crece de forma exponencial. Así, a pesar de su pequeño tamaño, son capaces de generar ingresos muy altos.
Tecnológicas: son negocios que se basan en ideas innovadoras para satisfacer una nueva necesidad en el mercado. Estos emprendedores se apoyan en las tecnologías digitales para evolucionar. Además, gracias al mundo digital interconectado, tienen la posibilidad de encontrar la financiación esencial para poder desarrollar su idea.
Pequeños costos: el punto de partida de las startups es mantener los costes bajos de producción para crecer más rápidamente. Por ejemplo, en sus inicios suelen desarrollar su actividad empresarial en espacios de coworking, sin necesidad de tener una sede oficial de la empresa.
¿Qué es necesario para empezar una startup?
Ahora pasamos a explicar los requisitos que debe cumplir cualquier startup:
Piensa en soluciones a problemas cotidianos: la filosofía de las startups es buscar soluciones prácticas a problemas del día a día, ya sea alojamiento compartido, moverse por una ciudad o realizar una compra de forma fácil y segura. Normalmente estas necesidades son comunes a la mayoría de la sociedad, por lo que las probabilidades de que la idea funcione son altas.
Buscar soluciones creativas y prácticas: las startups, además de ser negocios rentables, también se basan en estrategias simples y creativas, que nadie antes había puesto en práctica. Por esta razón, su crecimiento es rápido y su modelo de empresa es atractivo para los clientes.
Piensa en soluciones que sean escalables: el servicio que ofrecen tiene un fuerte potencial de crecimiento para conseguir rápidos beneficios y ganancias sin necesidad de invertir en infraestructuras. Por ejemplo, desarrollar una única vez la página web o la aplicación móvil de tu negocio y a partir de ahí, muchas personas podrán comprar tu servicio o tu producto sin que tú tengas que invertir más tiempo ni dinero.
Usar la tecnología para ofrecer el mejor servicio o producto: cualquier startup, sin importar el tipo de producto o servicio que vende, se apoya en los recursos tecnológicos y de innovación para conseguir un canal de venta online, mejor posicionamiento web, marketing digital, así como mejorar el proceso de producción.
Establecer cuáles son los objetivos y los plazos de cada uno: una startup debe tener muy bien definidos sus objetivos a corto, medio y largo plazo. Esto es de gran ayuda para mantener un orden y dirección en el proyecto.
Planificar el negocio económicamente: definir cuánto presupuesto necesitas para comenzar la startup y cuánto dinero aportará cada socio.
Buscar crowdfunding: si no cuentas con presupuesto suficiente para desarrollar tu idea de negocio, puedes buscar financiación a través del crowdfunding. Para ello, debes publicar tu idea en una plataforma de crowdfunding para encontrar personas que apoyen tu iniciativa y aporten el dinero necesario para ponerla en marcha.
Formar un equipo: asegúrate de contar con un equipo preparado para crear tu startup. No necesitas un grupo numeroso, lo ideal es que cada integrante aporte algo significativo al proyecto.
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