La economía se ralentiza y crece un 0,2% trimestral en el tercer trimestre
El crecimiento de la economía española en el tercer trimestre de 2022 se situó en el 3,8% interanual, 3 puntos porcentuales por debajo del incremento registrado el trimestre anterior (6,8%), según el avance de la Contabilidad Nacional Trimestral que ha hecho público hoy el INE.
En tasas trimestrales, el PIB se incrementó un 0,2% en el tercer trimestre, experimentando una ralentización de 1,3 puntos porcentuales respecto al dato registrado en el segundo trimestre del año.
Desde el punto de vista interanual, la ralentización de la economía se explica por un menor crecimiento del consumo de los hogares durante este tercer trimestre respecto al mismo periodo del año 2021, compensado en parte por el incremento registrado en la inversión, tanto en construcción como en bienes de equipo. En concreto, el avance del consumo fue del 1,5% interanual, 1 punto porcentual inferior al registrado el trimestre previo, mientras que el crecimiento de la formación bruta de capital fijo fue del 6,3% (4,9% en el trimestre precedente). En conjunto, la aportación al crecimiento de la demanda nacional se situó en 0,8 puntos porcentuales, frente a 1,9 puntos porcentuales del segundo trimestre.
La contribución al crecimiento de la demanda externa durante este tercer trimestre también se moderó, aunque siguió siendo positiva debido al mayor crecimiento interanual de las exportaciones respecto al de las importaciones (18,0% frente a 9,8%). En concreto, la aportación de la demanda exterior al avance del PIB durante el tercer trimestre fue de 3,0 puntos porcentuales, inferior a los 4,9 puntos del trimestre precedente. En todo caso, más del 75% del crecimiento interanual del PIB en el periodo se debió a la aportación de la demanda externa.
El mercado de trabajo continúa manteniendo el pulso, aunque se aprecia cierta pérdida de intensidad en la creación de puestos de trabajo. El empleo, medido en puestos de trabajo equivalente a tiempo completo, registró un avance del 2,9% interanual frente al crecimiento del 5,2% experimentado en el segundo trimestre. Esto supuso la creación de 540.000 empleos en el último año.
La productividad del factor trabajo volvió a crecer por cuarto trimestre consecutivo. En este tercer trimestre de 2022 ha avanzado un 0,9% interanual.
Perspectivas 2022-2023
El entorno de incertidumbre en el que se desenvuelve la actividad económica se ha mantenido en este tercer trimestre del año 2022 y no es previsible que cambie en el cuarto. La inflación se mantiene en niveles elevados y los bancos centrales han continuado endureciendo su política monetaria con subidas recurrentes de tipos de interés para intentar controlarla. Estas dos circunstancias, inflación elevada y subidas de tipos, se están trasladando rápidamente al consumo de los hogares en forma de pérdida de poder adquisitivo y de merma de capacidad de gasto.
En este contexto, lo más probable es que la tasa de crecimiento del PIB continúe moderándose de cara al cierre del año y principio de 2023. La Cámara de Comercio de España prevé que el crecimiento para el conjunto de 2022 ronde el 4,1% (1 punto porcentual inferior al registrado el año pasado). El empleo avanzaría un 2,8%, lo que supondría la creación de cerca de 530.000 empleos en el cómputo global del año.
Es previsible que la actividad continúe ralentizándose en 2023, al menos durante la primera mitad del año. A partir de verano la economía podría iniciar una senda de suave recuperación con base en la posible contención de la inflación debido principalmente al efecto calendario, resultante de comparar con los elevados niveles de 2022 y, en paralelo, a una estabilización de la política monetaria que actualmente siguen los principales bancos centrales.
Dada la situación descrita, resulta imprescindible acometer las reformas estructurales que aún están pendientes, fundamentalmente desde el punto de vista de la consolidación fiscal, con objeto de reducir la vulnerabilidad ante shocks externos que en la actualidad tiene la economía española.
Por otro lado, para garantizar incrementos de la productividad en el futuro sería adecuado incentivar la inversión empresarial en ámbitos como la digitalización o la transición energética. En ese camino, los fondos europeos Next Generation EU son una herramienta fundamental, por lo que es necesario agilizar su distribución entre el tejido empresarial, sobre todo entre las pymes.