El hundimiento de la economía en el segundo trimestre llevará a una caída del PIB del 12,6 % en el conjunto del año

 

Durante el segundo trimestre de 2020, la economía española ha registrado una contracción sin precedentes en la serie histórica. El PIB ha sufrido un histórico descenso del 22,1 % interanual. Respecto al trimestre previo, el PIB retrocedió un 18,5 %.


Esta evolución del PIB ha estado muy condicionada por la paralización de la actividad económica y el confinamiento de la población establecido para evitar la propagación de la pandemia del COVID-19. El impacto de esta situación ha sido particularmente virulento en la demanda nacional, cuya contribución al crecimiento se ha hundido hasta -19,2 puntos porcentuales, mientras que la demanda externa tampoco ayudó a compensar esa caída, aportando también una tasa negativa al crecimiento (-2,9 puntos).


Si bien los datos de Contabilidad Nacional del primer trimestre no llegaron a reflejar en toda su magnitud el impacto de la pandemia en el mercado de trabajo, en este segundo trimestre la contracción económica sí se ha trasladado al empleo. El número de ocupados (medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo) se redujo un 18,5 %, lo que representa una inédita disminución de casi 3,4 millones de empleos en un año.


Por sectores, todos menos la agricultura, experimentaron descensos importantes en su valor añadido bruto. La caída en VAB de la industria fue de casi el 24 % interanual, mientras que en la construcción rozó el 30 %. El VAB de los servicios retrocedió un 22 %, destacando la contracción del VAB en la rama de comercio, transporte y hostelería, del -46,4 % interanual.

 

 

Perspectivas


En principio, la caída del PIB podría haber tocado fondo durante el segundo trimestre del año. La finalización del estado de alarma y el levantamiento de las restricciones a la movilidad los últimos días del mes de junio, hacen prever un repunte de la actividad a partir del tercer trimestre en términos trimestrales. No obstante, esta evolución tendrá su base en un mero efecto estadístico derivado de la drástica caída de la actividad producida. En términos interanuales es previsible que el PIB continúe retrocediendo durante lo que queda de año, aunque a una tasa más moderada que la registrada durante este segundo trimestre.


En este sentido, la Cámara de Comercio de España empeora sus previsiones para el conjunto del año 2020. La caída del PIB prevista para este año se sitúa en el -12,6 %, frente al -11 % estimado inicialmente. Para el año 2021, la economía experimentaría una mejora gradual, con un avance interanual del PIB estimado en el 5,3 %.


Todo ello, considerando que no se produzca un empeoramiento de la situación sanitaria que obligue a aplicar nuevas restricciones a la movilidad y la producción en la última parte del año. Si fuera así, las previsiones deberían volver a revisarse a la baja.


La situación descrita requiere con urgencia adoptar medidas efectivas para paliar los serios problemas que enfrenta una parte sustancial del tejido productivo español.


El acuerdo alcanzado en el seno de la Comisión Europea respecto a los fondos para la reconstrucción debería servir como acicate para llevar a cabo una política económica valiente, enfocada a incentivar la inversión de las empresas, sobre todo en materia de digitalización, a garantizar un contexto favorable a la actividad empresarial, y a incrementar la productividad del conjunto de la economía española.


En paralelo, sería necesario acometer una serie de reformas que aún están pendientes y que servirían para mitigar las incertidumbres y devolver la confianza al tejido productivo de nuestro país. Estas reformas deberían estar basadas en el consenso entre los agentes políticos, económicos, empresariales y sociales.
 

 

FUENTE: www.camara.es

 

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