La política arancelaria de Estados Unidos vuelve a situarse en el centro del debate económico internacional, esta vez con la posibilidad de nuevas restricciones impuestas por la administración de Donald Trump.

 

La Cámara de Comercio de España ya ha alertado sobre las graves consecuencias que podría tener para las empresas españolas, especialmente en sectores clave como el agroalimentario y los bienes de equipo.


Desde Extremadura, observamos con preocupación este escenario. Nuestra región, aunque con menor exposición que otras zonas de España, se vería afectada en sectores fundamentales para nuestra economía. Productos como el aceite de oliva y otros derivados agrícolas podrían enfrentar serias dificultades para mantener su competitividad en el mercado estadounidense si se impusieran aranceles adicionales.


Si bien es cierto que las exportaciones españolas a EE. UU. representan aproximadamente el 2,3% del PIB nacional, no podemos subestimar el impacto indirecto de estas medidas. Muchas empresas extremeñas participan en las cadenas de suministro de grandes exportadores nacionales, lo que significa que cualquier obstáculo comercial en Estados Unidos podría traducirse en una reducción de la demanda de nuestros productos y servicios.


Más allá del impacto inmediato, también debemos considerar los efectos sobre la confianza empresarial. La incertidumbre generada por estas políticas proteccionistas puede frenar inversiones y retrasar decisiones estratégicas en nuestras empresas, que se ven obligadas a replantearse sus estrategias comerciales y buscar mercados alternativos. Aunque en el pasado las empresas españolas demostraron resiliencia al diversificar sus destinos comerciales, la posibilidad de un nuevo golpe arancelario nos obliga a redoblar esfuerzos en la búsqueda de mercados emergentes y en la mejora de nuestra competitividad.


Desde la Cámara de Comercio de Badajoz, instamos a las autoridades nacionales y europeas a redoblar la diplomacia económica para evitar que estas medidas sean una realidad. Así mismo, es imprescindible que las administraciones pongan en marcha programas de apoyo para aquellas empresas que puedan verse afectadas, facilitando su adaptación a un escenario comercial cada vez más incierto.


Extremadura ha demostrado en muchas ocasiones su capacidad de transformación y crecimiento incluso en momentos de adversidad. Con un enfoque estratégico, diversificación de mercados y apoyo institucional como el que bridamos las Cámaras de Comercio, nuestras empresas podrán superar este nuevo reto.
 

Mariano García Sardiña. Presidente de la Cámara de Comercio de Badajoz.

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