La EPA del cuarto trimestre confirma la desaceleración de la economía

La EPA del cuarto trimestre confirma la desaceleración de la economía
La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y correspondiente al cuarto trimestre de 2022, confirma la ralentización de la economía, con una disminución del número de ocupados en 81.900 personas, en relación con el trimestre anterior (-0,40%).


La caída corresponde íntegramente a destrucción de empleo privado, que experimenta un descenso de 101.900 empleos, en tanto que el público sube en 20.000 personas. Con ello, la cifra de ocupados totales asciende a 20.463.900 personas, lo que representa una subida del empleo en 2022, del 1,38% (278.900 ocupados más). Según los datos del INE, el número de personas en paro experimenta un aumento por segundo trimestre consecutivo, incrementándose en 43.800 personas, lo que representa una subida trimestral del 1,47%. Sin embargo, en términos interanuales, el paro disminuye en 79.900 personas, lo que implica un descenso del 2,57% en los últimos 12 meses.

 

El crecimiento del desempleo durante este cuarto trimestre, se traduce en una nueva subida de la tasa de paro, que se sitúa en el 12,87% de la población activa, 0,21 puntos porcentuales por encima de la tasa resultante en la EPA anterior (12,67%). En términos interanuales, la tasa de desempleo experimenta un descenso de 0,45 puntos porcentuales durante los últimos 12 meses (12,87% en el cuarto trimestre de 2022 frente al 13,33% en el cuarto trimestre de 2021).

 

Los datos confirman la ralentización del mercado laboral iniciada durante el tercer trimestre de 2022, y ello a pesar del habitual efecto positivo de la campaña navideña sobre la contratación. Así, las tenciones ocasionadas por un entorno de incertidumbre asociado al contexto económico global y nacional sobre la economía española, se traducen en una caída trimestral del empleo, aunque en términos interanuales nuestro mercado laboral consigue mantener el pulso.

 

En este contexto, la Cámara de Comercio de España rebaja sus previsiones de crecimiento económico para 2023 (1,9%), con una creación de empleo en el entorno del 1,1%, lo que supone alrededor de 200.000 nuevos empleos netos en el presente ejercicio.

 

En este marco de desaceleración de la actividad económica y de la creación de empleo, continúan siendo indispensables las reformas estructurales pendientes de nuestra economía, con el objetivo de seguir generando más y mejor empleo, en un mercado de trabajo fuerte y estable que garantice la inclusión de todos los perfiles poblacionales. Para ello, sigue siendo prioritario acometer la revisión y consecuente modernización de las políticas activas de empleo, la reducción de la burocracia y los costes vinculados al proceso de contratación laboral, y avanzar hacia la ágil adaptación de los itinerarios formativos a las necesidades de las empresas.

 

El tejido empresarial es el principal impulsor de la recuperación y de la generación de riqueza y de empleo, por tanto, la apuesta por nuestras empresas deber ser firme. Ante las dificultades e incertidumbres económicas presentes y futuras, es menester evitar actuaciones que repercutan negativamente en la estructura de costes empresariales, como el endurecimiento en la fiscalidad empresarial, el aumento de los costes laborales, o la aplicación cambios regulatorios de efectos onerosos. En última instancia, en tiempos difíciles, las empresas actúan como auténticos escudos sociales.