La economía española muestra fortaleza en el cuarto trimestre a pesar de las incertidumbres generalizadas
En un contexto económico internacional incierto, marcado por la inflación y la guerra en Ucrania, y a falta de la actualización que realice el INE en marzo, se trata de un crecimiento mayor de lo previsto por la Cámara de España (4,8%) así como del consenso de analistas.
Se detecta en todo caso, una desaceleración de la actividad económica durante el cuarto trimestre, siendo la variación interanual del PIB del 2,7%, frente al 4,8% del trimestre precedente. Reflejo de este freno es la moderación del consumo de los hogares, con un crecimiento negativo del -1,8% trimestral mientras que en el tercer trimestre de 2022 el crecimiento fue positivo (1,8%).
Respecto al resto de magnitudes que componen la demanda, hay que señalar el retroceso experimentado por la inversión en general, y en bienes de equipo en particular. La formación bruta de capital fijo se redujo un -1,2% en el cuarto trimestre de 2022, respecto a la del trimestre precedente debido, principalmente, a la caída de su componente de maquinaria y bienes de equipo, que fue del -5,8%.
En cuanto a la demanda externa, las exportaciones registraron un retroceso del -1,1% trimestral, rompiendo una racha de 9 trimestres consecutivos de avances. Lo mismo ocurrió con las importaciones, que durante el cuarto trimestre disminuyeron un -4,2% respecto a las del tercer trimestre del año, en consonancia con la mencionada reducción del consumo de los hogares.
En términos interanuales, respecto al mismo trimestre de 2021, el crecimiento de las importaciones se ralentizó más de 7 puntos respecto al del trimestre anterior (crecimiento del 7,6% en el cuarto trimestre de 2022 frente al 14,7% en el tercer trimestre), mientras que las exportaciones crecieron un 2,2% (en el tercer trimestre de 2022 avanzaron un 8,7% interanual). Por ello, el mayor avance de las exportaciones respecto al de las importaciones ha mantenido la aportación positiva al crecimiento del sector exterior, que fue de 2,1 p.p., una contribución similar a la del tercer trimestre de 2022.
Perspectivas 2023 y recomendaciones
El entorno de incertidumbre en el que se desarrolla la actividad económica se mantiene, aunque hay que destacar el mejor comportamiento mostrado por la economía española, ante un entorno tan complicado. Sin embargo, como reflejan los datos, durante el último trimestre del año 2022 se ha producido una ralentización del crecimiento que podría intensificarse en los meses venideros.
Por ello, la Cámara de España prevé una desaceleración del crecimiento económico en 2023 que llevaría al PIB a avanzar un 1,9% este año, 3,6 puntos porcentuales menos que la tasa registrada en el conjunto del año 2022.
En consonancia con este escenario, la Cámara prevé la creación de cerca de 200.000 puestos de trabajo en 2023 respecto al año previo, por debajo de los 386.000 creados en 2022.
Salvo sorpresas inesperadas que afecten a los mercados de energía y materias primas, la inflación debería ir moderándose paulatinamente a lo largo de 2023, debido al efecto base derivado de la comparación con periodos de 2022 en los que los precios experimentaron subidas de 2 dígitos.
En este contexto, la Cámara de España estima que resulta primordial plantear y comenzar a aplicar una estrategia de consolidación fiscal a medio plazo, que reduzca la vulnerabilidad de la economía ante un contexto como el actual.
Debe recordarse la relevancia del tejido empresarial como principal impulsor de la recuperación y de la generación de riqueza y de empleo del país. Por tanto, ante las dificultades e incertidumbres económicas presentes y futuras, es necesario evitar políticas que repercutan negativamente en la estructura de costes empresariales y, por ende, en la generación de empleo, como el endurecimiento en la fiscalidad empresarial, el aumento de los costes laborales, o la aplicación de intervenciones y cambios regulatorios de efectos onerosos.