La economía crece con fuerza en el segundo trimestre, pero se vislumbra una desaceleración durante el otoño
Respecto al resto de magnitudes que componen la demanda, es destacable el incremento registrado en la inversión en vivienda, del 7,8% respecto al trimestre previo. No obstante, este avance fue compensado, desde un punto de vista negativo, por la inversión en bienes de equipo, la cual se redujo un 2,3% respecto a la registrada en el primer trimestre del año. En conjunto, el avance trimestral de la formación bruta de capital fijo se moderó ligeramente, pasando del 3,4% registrado en el primer trimestre al 2,8% de este segundo.
Por último, desde el punto de vista de la demanda, el consumo público experimentó una caída del 0,5% trimestral respecto a los tres primeros meses de 2022.
Respecto a la demanda externa, las exportaciones registraron un crecimiento del 1,6% trimestral, experimentando una ligera aceleración sobre las registradas en el trimestre precedente (1,1%). Sin embargo, el avance trimestral de las importaciones durante el segundo trimestre alcanzó el 4,6% (-0,8% en el primero), en consonancia con el mencionado crecimiento del consumo de los hogares.
Este mayor crecimiento de las importaciones respecto al de las exportaciones ha provocado que la demanda externa suponga una aportación negativa al crecimiento trimestral de la economía, de -1,1 puntos porcentuales, compensados por la mayor aportación de la demanda nacional debido a la aceleración experimentada por el consumo de las familias (aportación positiva de 2,2 puntos porcentuales). En perspectiva anual, las exportaciones han marcado un destacable crecimiento del 18,5%, frente a un avance de las importaciones del 10,4% interanual.
Asimismo, en términos anuales, el mayor avance ha correspondido a la formación bruta de capital (incremento interanual del 10,0%), mientras que sectorialmente el pulso más dinámico se ha centrado en los servicios de comercio, transporte y hostelería, con un notable incremento de su producción del orden del 21,8% interanual.
Por último, en este segundo trimestre de 2022 se ha producido un crecimiento interanual del número de ocupados medidos en términos de empleo equivalente a tiempo completo, del 4,9%, 4 décimas porcentuales menos que el avance registrado en primer trimestre (5,3%). No obstante, el mayor crecimiento del PIB en términos interanuales (6,3%) en comparación con el del empleo ha traído consigo una mejora de la productividad del factor trabajo, que se incrementa por segundo trimestre consecutivo, registrando un avance del 1,3% (el crecimiento de la productividad en el trimestre precedente fue del 1,0%). Sin duda una buena noticia tras una serie de trimestres continuados con pérdidas de productividad.
Perspectivas
A pesar de esta positiva trayectoria reciente, el entorno en el que se desenvuelve la actividad económica no invita al optimismo a corto plazo. En general, se espera una paulatina ralentización de la actividad productiva derivada del incremento de los costes de producción de las empresas por el encarecimiento del precio de la energía y determinadas materias primas, a lo que hay que añadir el endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo y el impacto negativo en consumo e inversión (tanto en España como en nuestros socios comunitarios) que tendrán tanto la inflación como la subida de tipos de interés. En este escenario es probable que se reduzcan las necesidades de personal en muchos sectores lo que traerá asociado un descenso en el número de contrataciones.
La Cámara de España prevé una desaceleración del crecimiento económico en los trimestres venideros que llevaría al PIB a crecer un 4,3% en este año 2022, y un 2,8% en el conjunto de 2023, sin descartar posibles revisiones a la baja de agravarse el entorno geopolítico, sobre todo en lo que respecta al encarecimiento de los precios energéticos y a su impacto en la inflación, si Rusia decidiera suspender el suministro de gas a Europa durante el próximo invierno.
En este contexto, la economía española muestra ciertas debilidades que sería necesario corregir cuanto antes. En ese sentido, resulta primordial plantear una estrategia de consolidación fiscal y de rentas a medio plazo que reduzca la vulnerabilidad ante entornos complicados como el actual. Esa estrategia debería apoyarse en un Pacto de Estado entre las principales fuerzas políticas e interlocutores sociales que proporcione credibilidad a las medidas que se implanten.
Por su parte, de cara a favorecer un entorno adecuado para el crecimiento de la productividad sería necesario avanzar en las reformas estructurales que se requieren. En ese camino, garantizar y agilizar el acceso a los fondos Next Generation EU por parte de las grandes empresas y las pymes es esencial para la transformación y modernización de la economía española.
Fuente: Cámara de Comercio de España